Cometí bastantes errores. Lloré por quién no debía y reí con falsas amistades. Tropecé dos veces con la misma piedra y cuando pensaba que ya no lo haría más, me empujaron y caí estampada con la tercera. Perdoné mucho, demasiado. He callado te quieros que por miedo o por inseguridad se quedaron por mucho tiempo en el aire. He gritado con fuerza, pero mi voz no siempre salía y he callado verdades por no hacer daño. Hay días que dormía sólo para poder verte en mis sueños, y días en los que no podía dormir. He abrazado a la persona que pensé que nunca me haría daño y me he dado cuenta de que esa persona no se merecía ni el roce de mi piel. He descubierto que las caricias son mas fuertes que los golpes. He disfrutado de pequeños detalles y sigo aprendiendo poco a poco en qué consiste la vida y que nunca hay que arrepentirse de nada, porque todo, absolutamente todo pasa por alguna razón...

martes, 21 de febrero de 2012

Los días eran eternos.. Nunca se me había pasado tan lento el día. Me obligo a buscar cosas para matar el tiempo. ¿Cómo hacer para empezar una nueva vida sin él?  ¿Cómo olvidarlo? 
Nadie pudo arrancarlo de mi, ni siquiera ese odio que había comenzado a tenerle. 
La angustia de ver a todos felices,  y yo no... ¿Por qué tengo que cargar esta cruz? 
"Todos sufrimos una vez en la vida" "Todo pasa" " Nadie se muere por amor, tenés que ser fuerte" "Ya te vas a olvidar" Cuántos consejos estúpidos que nunca sirvieron ni van a ayudar jamás a nadie. No quería que me consuelen;  digamos que me hacía "bien" que me escuchen para desahogarme pero no necesitaba esas palabras estúpidas... Sólo lo necesitaba a él ó aunque sea una señal de su vida...
Porque entendí de verdad lo que significaba sufrir por amor, no poder encontrar la felicidad absoluta sin él, estar las 24 horas del día atada a su recuerdo. Odiar, odiar y odiar aún más esta situación en mi vida... No poder creerlo... 

Porque fué como una droga maldita que me iba arruinando, de a poco... Me quitó el pensamiento.. Sólo podía guiarme de recuerdos inútiles.
¿Dònde se habían ido esas ganas de reir, de pasear, de conocer a otras personas? No había nada en el mundo que haya podido hacerme feliz. No quería olvidarme de su cara, ni de su voz. 

[Seguía sin despertar; Hoy,  hace un año, tres días de dolor. ]






No hay comentarios:

Publicar un comentario